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Pulpo cabezón (Eledone cirrhosa) por Mark Kirkland.
Pulpo cabezón (Eledone cirrhosa) por Mark Kirkland.
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Pilar Sánchez, especialista en cefalópodos.

PILAR SÁNCHEZ, UNA VIDA DEDICADA AL MAR MEDITERRÁNEO

Nacida en Barcelona, Pilar Sánchez Zalacaín es Doctora en Biología por la Universidad de Barcelona (UB). Actualmente, trabaja como investigadora científica en el Departamento de Recursos Marinos Renovables del Instituto de Ciencias del Mar (ICM) de Barcelona, centro que pertenece al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Su carrera está mayormente ligada a los cefalópodos pero también investiga otro tipo de organismo marinos, como es el caso del sonso o del rape.

¡Hola, Pilar! Muchas gracias por prestarte a hacer esta entrevista. Queremos comenzarla con una pregunta que no puede faltar para alguien con una carrera tan extensa como la tuya. ¿Cómo te dio por estudiar cefalópodos?

– P: Cuando estaba en cuarto de carrera tuve la oportunidad de empezar a colaborar en el Instituto de Investigaciones Pesqueras. Se me ofreció la posibilidad de trabajar con ictioplacton o con cefalópodos y, por alguna razón que no sé explicar, escogí los cefalópodos. Y la verdad es que no me arrepiento en absoluto.

¿Hubo, por aquel entonces, alguna figura dentro de la biología de los cefalópodos que te inspirase más?

– P: Mi introductor en el mundo de los cefalópodos fue Ángel Guerra. Él me ayudó muchísimo en mis comienzos. Otra persona muy importante en mis comienzos fue Katherina Mangold. Recuerdo mis viajes a Banyuls cuando era una joven estudiante de doctorado. Ella siempre me acogió con una sonrisa y con mil ideas inspiradoras.

¿Con quién te gustaría poder trabajar que no lo hayas hecho ya?

– P: Me hubiera gustado colaborar con Kir Nesis. Lo conocí en una reunión en Perú y, a parte de sus tremendos conocimientos, me pareció una persona muy sencilla y asequible. Hubiera sido un placer poder trabajar con él.

Preciosa foto durante la reunión de Perú donde coincidieron Pilar y Kir Nesis (a la derecha). Foto cedida por Pilar Sánchez.

De entre las aproximadamente 800 especies de cefalópodos conocidas, ¿cuál es tu favorita?

– P: He trabajado con muchas especies de cefalópodos y todas ellas me han interesado, pero hay un grupo de que me tiene fascinada y son los Sepiólidos. Exceptuando algunas especies, en general, se sabe poco de ellos y, además, su identificación no es fácil. Total ¡todo un reto!

Sepiola atlántica, por Tamsyn Mann (UK Cephalopods Reports).
Sepiola atlántica por Tamsyn Mann.

En estos momentos, ¿qué proyectos tienes entre manos?

– P: Uno de los proyectos es recopilar datos de capturas, tallas, etc. de diferentes años y especies de cefalópodos para intentar establecer la tendencia de dichas tallas a lo largo de los años, y, en caso de que exista una tendencia, intentar establecer una relación con cambio climático o presión pesquera. Otro proyecto es una revisión de los depredadores de cefalópodos mediterráneos. Este último está bastante adelantado, aunque no sé cómo organizarlo para que me salga un trabajo no demasiado extenso.

Aparte de estos interesantes proyectos en los que estás participando, ¿qué proyecto sería para tí un sueño poder realizar?

– P: Ir a la Antártida. Me gustaría mucho poder trabajar con los cefalópodos antárticos. Sobre todo con Pareledone y Graneledone.

¿Cuál es tu mejor momento vivido entre estas estupendas y apasionantes criaturas?

– P: Estaba una noche en el Puma, el barco de investigación mexicano. Se estaban haciendo unas pescas de ictioplanton y, por tanto, los focos del barco iluminaban la superficie del mar cuando, de pronto, los marineros, muy excitados, empezaron a decir: «¡Calamares! ¡Calamares!».

Rápidamente, se hicieron con anzuelos (enormes) y sedales, y los lanzaron por la borda. De inmediato, los calamares empezaron a atrapar y ser atrapados, por los anzuelos. Cuando los marineros, hombres robustos y fuertes, los empezaron a izar a bordo, se apreciaba la fuerza que tenían que hacer.

Y, ¡allí estaban, en cubierta! Unos magníficos animales de hasta 17 kg de peso, con sus cromatóforos en plena actividad, intentando camuflarse. La agresividad de esta especie (Dosidicus gigas) es conocida. En una ocasión, al izar uno de los calamares capturados a bordo, vino otro que estaba mordiendo al primero y en ningún momento lo dejó ir, y acabaron los dos en cubierta. Una experiencia inolvidable.

Tras una prolífica carrera con más de 100 publicaciones, ¿tienes mayor cariño a alguna de ellas?

– P: Esto es como con los hijos: no se puede decir que tengas un favorito. De todas formas, si tuviera que escoger uno, podría citar: «Systematics, distribution and biology of the cirrate octopods of the genus Opisthoteuthis (Mollusca, Cephalopoda), in the Atlantic Ocean with description of two new species». Recuerdo con mucho cariño la reunión en el Smithsonian Museum de Washington D.C. con Roger, Martin y Nancy, discutiendo características de nuestros ejemplares y comparándolos con los que había en la colección del museo. Nancy (la doctora Voss) fue una maestra deliciosa para todos nosotros, con una personalidad acogedora y cariñosa, además del acúmulo de conocimientos que poseía y que no escatimaba en compartir. ¡Una gran mujer!

La costa catalana es una zona excepcional por su belleza y riqueza biológica, ¿hay alguna zona que te guste más y que visites con más frecuencia?

– P: Como siempre, es difícil decir qué zona prefiero. Dependiendo de la especie o comunidad que esté buscando. La zona del delta del Ebro es muy rica, sobre todo en Octopus vulgaris. Otra zona interesante es la bahía de Roses, para pesca artesanal de sepia. Hay en marcha un comité de cogestión de dicha pesca con pescadores de Roses, La Escala y L’Estartit.

Un pulpo de roca (Octopus vulgaris) fotografiado en aguas de Portugal durante la Expedición Oceana Ranger 2011 (Autor: Carlos Minguell, Oceana).
Pulpo de roca (Octopus vulgaris). Autor: Carlos Minguell (Oceana).

Y, ¿ampliando el rango a todo el Mediterráneo?

– P: He trabajado en la Comunidad Valenciana en un proyecto para estudiar la pesca de pulpo de roca con caduds (alcatruces). También estuve en el mar de Tracia (al norte de Grecia) trabajando en otro interesantísimo proyecto sobre pesca de calamar. Se intentaba probar si era posible pescarlos con poteras autonómicas, tipo las japonesas, pero más sencillas y, así, poder suprimir los “beach seiners” que se utilizaban en la zona y estaban prohibidos por la UE.

Tus primeras expediciones oceanográficas fueron en aguas de Namibia y del Gran Ecosistema Marino de Benguela. ¿Qué tal fue tu experiencia allí?

– P: Todo lo que sea conocer cosas nuevas es algo maravilloso para un científico. Las sucesivas campañas en Namibia y Benguela nos permitieron conocer mucho mejor la fauna de la zona. Por ejemplo, la descripción de un par de especies nuevas.

«Todo lo que sea conocer cosas nuevas es algo maravilloso para un científico».

Además, estuviste también trabajando en aguas de México, ¿cómo recuerdas aquella expedición?

– P: La campaña a la que fui fue en la zona del Pacífico mexicano. Tuvimos un tiempo estupendo, hasta el punto de olvidar que estaba en un barco. Por un momento entendí el porqué del nombre “Pacífico”, aunque, como comentaron los colegas mexicanos, puede ser un mar muy turbulento. Para mí fue toda una experiencia porque descubrí una fauna teutológica completamente diferente a lo que conocía del Mediterráneo o del Atlántico sur africano. Diferentes especies de Octopus, Lolliguncula y, como no, Dosidicus gigas.

Uno de los calamares gigantes, el calamar de Humboldt (Dosidicus gigas). Fuente: National Geographic.

¿Pasaste alguna vez miedo a bordo de un barco oceanográfico?

– P: La primera campaña en Namibia. Salimos de puerto en Walvis Bay con un tiempo horroroso que se prolongó toda la noche.  El capitán se indispuso y hubo un momento en el que el barco estaba sin gobierno. Se destrincaron unos bidones que estaban en cubierta y empezaron a rodar por todas partes. El peligro era muy grande. Por suerte para nosotros, el primer oficial se hizo cargo del mando y estuvimos toda la noche a la capa hasta que el tiempo mejoro un poco.

Eres buena conocedora del pulpo común, Octopus vulgaris, al que has estudiado en profundidad. ¿Qué opinas de su cultivo?

– P: La verdad es que no he trabajado en ese tema y me es difícil dar una opinión. Es una especie de crecimiento muy rápido, cosa que favorece su cultivo y, hasta donde conozco, no parece que haya problemas con el engorde. El problema está en la supervivencia de las paralarvas, después de la eclosión.

También conoces bien al pulpo blanco, Eledone cirrhosa, muy abundante y apreciado en el Mediterráneo. ¿Cuál es la situación de esta especie en la actualidad? ¿Crees que podría llegar a cultivarse?

– P: Veo difícil la viabilidad de su cultivo, ya que el precio en lonja de esta especie no es muy alto. En el Mediterráneo, la fracción de la población que realmente tiene precio son los individuos muy pequeños, “popets” en catalán (pulpitos). Se tendría que conseguir que se reprodujeran en cautividad y que las paralarvas sobrevivieran hasta alcanzar los 3-4 cm de manto. De momento no lo veo muy viable.

Pulpo cabezón (Eledone cirrhosa) por Mark Kirkland.
Pulpo blanco o cabezón (Eledone cirrhosa) por Mark Kirkland.

Una importante parte de tu trabajo la dedicas a las pesquerías. ¿Cómo ves su situación a nivel mundial en estos momentos? ¿Crees que son sostenibles?

– P: Las pesquerías mundiales no son sostenibles en este momento, especialmente las pesquerías de arrastre industriales, que lo están arrasando todo. Hay que tener en cuenta cuando se habla de pesquerías que no sólo afectan a las especies objetivo, sino también a las otras especies que la acompañan y al hábitat.

«Las pesquerías mundiales no son sostenibles en este momento, especialmente las pesquerías de arrastre industriales, que lo están arrasando todo».

Y, ¿respecto a las pesquerías de cefalópodos?

– P: En este caso, depende un poco del tipo de explotación a la que están sometidos. Especies de vida corta, como son los cefalópodos, dependen mucho también de los factores ambientales.

¿Qué tal ha sido tu experiencia al colaborar con pescadores en tus investigaciones?

– P: La verdad es que muy productiva. Al principio teníamos nuestras respectivas reticencias pero, con el tiempo, hemos llegado a conocernos mejor y, lo que es más importante, a respetarnos mutuamente.

Has trabajado con el impacto producido por la basura marina en fondos asociados al arrastre. ¿Cómo ves la situación actual de la basura marina?

– P: Se están implementando diferentes acciones, algunas propuestas por los pescadores, como la de recoger la basura que capturan con las redes y llevarla a puerto. Para ello, se necesita la colaboración de los ayuntamientos, que han de facilitar la recogida de dicha basura. En varios puertos de la costa catalana ya se están realizando dichas acciones. Pero, no es sólo éso, se ha de concienciar a la sociedad de que el mar no es nuestro vertedero y todo puede ir a parar ahí. También, la administración ha de colaborar en la recogida de basuras, implantación de depuradoras etc.

«…se ha de concienciar a la sociedad de que el mar no es nuestro vertedero…»

Como experta en el estudio del impacto de la pesca de arrastre en el fondo marino, ¿cómo ves la situación actual de la pesca de arrastre?

– P: La pesca de arrastre de fondo está en mala situación. En mi opinión, se ha de reconvertir la flota para que las capturas sean mas sostenibles.

Marcas de pesca de arrastre en el fondo marino. Fuente: ICM-CSIC.
Resultado de la pesca de arrastre en el fondo marino. Fuente: UB e ICM-CSIC.

Bajo tu criterio, ¿crees que los pescadores respetan las regulaciones impuestas?

– P: Los pescadores respetan las regulaciones cuando les interesa o les controlan. De todas formas, se aprecia un cambio de mentalidad entre los profesionales de la pesca. Empiezan a estar más concienciados y son mucho más receptivos a las novedades. Por mi experiencia, he visto que, organizando comités de cogestión de las diferentes pesquerías, al estar ellos incluidos en la toma de decisiones, entienden y aceptan mucho mejor las diferentes medidas que se van adaptando. Me estoy refiriendo a Cataluña, que es lo que conozco bien, si bien sé que en otras zonas del Mediterráneo se están creando comités de cogestión para algunas pesquerías artesanales.

Se están haciendo importantes avances para evitar los descartes pesqueros. ¿Cuál es tu punto de vista al respecto?

-P: Hay aún mucho camino por recorrer. La idea es excelente pero lo que propone la UE de desembarcar esa fracción de la captura que no se puede comercializar, no lo veo práctico. A los individuos se les mata de todas formas así que la especie no se beneficia. Lo ideal es tratar de no capturar a esos ejemplares por debajo de la talla de primera captura. Se están realizando numerosos proyectos en toda Europa para tratar de hallar una solución. Cabe comentar que, en general, los pescadores están muy cooperativos con el tema.

«Lo ideal es tratar de no capturar ejemplares por debajo de la talla de primera captura».

Centrándonos en los cefalópodos, ¿crees que los descartes pueden dañar su supervivencia?

-P: Con lo que respecta al Mediterráneo, los descartes de cefalópodos son muy pequeños. Sólo algunas especies, como Histioteuthis spp, Octopus salutii y alguna más, se descartan. En general, se trata de especies que aparecen con muy poca frecuencia en las capturas pero que, posiblemente, son abundantes en el mar, si tenemos en cuenta los contenidos estomacales de algunos peces y mamíferos marinos.

Varias especies marinas, entre ellas un pulpo de roca, sobre la cubierta de un barco pesquero. Fuente: SUREDEPAR.

En los últimos años se está haciendo mucho hincapié en el estudio de las especies de profundidad, ¿qué importancia tiene su estudio dentro de la Biología?

-P: Toda especie es importante. Las especies de profundidad, por el hábitat en que se encuentran, presentan unas características biológicas que los diferencian de especies que habitan aguas más someras. Estudiar las adaptaciones a condiciones tan extremas es realmente fascinante.

Has trabajado en muchas ramas de las Ciencias del Mar. ¿Hay alguna en la que te sientas más a gusto trabajando?

– P: El trabajar en diferentes ramas de las Ciencias del mar es una consecuencia lógica de, primero, muchos años trabajando y, segundo, una evolución natural provocada por la intensa curiosidad es el deseo de saber más, de conocer más. Y, cuanto más profundizas, más cuenta te das de lo que nos queda por descubrir.

Y, ¿hay alguna de ellas en la que te parezca más necesario seguir trabajando?

– P: En todas hay que trabajar. Hay una que se empieza a considerar anticuada y que, en la actualidad, muchos investigadores jóvenes ni se plantean trabajar: es la taxonomía clásica. Es imprescindible saber diferenciar los diferentes organismos, así como conocer su biología, para entender el funcionamiento de un ecosistema. 

(Respecto a la taxonomía): «Es imprescindible saber diferenciar los diferentes organismos, así como conocer su biología, para entender el funcionamiento de un ecosistema». 

Desde tu punto de vista, ¿qué trayectoria crees que va a tomar en el futuro el estudio de los cefalópodos?

-P: Se está iniciando ya, con mucha fuerza: los estudios moleculares. Están resultando muy útiles para la clarificación de algunos problemas taxonómicos que se habían ido arrastrando por mucho tiempo.

Pilar en su despacho del ICM.
Pilar estrenando su despacho en el ICM. Foto cedida por Pilar Sánchez.

Teniendo en cuenta el momento actual en que vivimos, ¿crees que esta pandemia del Covid está afectando a los cefalópodos en algo?

– P: En lo único que puede afectarles la pandemia es en que se ha pescado algo menos y eso puede afectar favorablemente a la población.

Pilar, ¿podrías dejar un mensaje para los aficionados y los nuevos investigadores de la teutofauna?

-P: A los nuevos investigadores, paciencia y mucha curiosidad, los cefalópodos son unos organismos fascinantes que no puedes abandonar. A los aficionados, también, que tengan curiosidad, y que descubrirán un mundo animal completamente diferente.

Pilar Sánchez, experta teutóloga. Agradecemos tu colaboración. Tus comentarios nos harán pensar en todo lo que nos queda por aprender en el mundo de las Ciencias Marinas.

¡Mucho éxito en tus proyectos, Pilar!

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