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Desarrollo embrionario de Euprymna brenneri. Foto: J. Jolly.
Desarrollo embrionario de Euprymna brenneri. Foto: J. Jolly.
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NUEVA ESPECIE DE SEPIOLA

Una nueva especie de sepiola, Euprymna brenneri, aparece citada como una de las extraordinarias diez nuevas especies marinas del 2019. Esta nueva especie de sepiola se ha encontrado en una zona conocida por su rica biodiversidad, el archipelago de Ryukyu, en Okynawa (Japón). No es muy habitual encontrar nuevas especies de cefalópodos. Entre las cerca de 800 especies de cefalópodos vivos existentes, sólo un puñado de ellos se van añadiendo a la lista. En general, se van haciendo re-identificaciones o desahaciendo engrudos taxonómicos mediante los estudios genéticos, pero muy pocas especies son realmente, nuevas especies.

Aquí, dos ejemplos:

Las sepiolas (llamados Bobtail squids en inglés) son cefalópodos de pequeño tamaño y forma globosa que habitan aguas poco profundas cercanas a las costas. Aunque con algunas características morfológicas de calamar, están más emparentadas con las sepias. Las encontramos en el Indo-Pacífico occidental, la costa oriental del Atlántico y el Mar Mediterráneo.

Varios especímenes adultos de esta nueva sepiola se encontraron en aguas arenosas cercanas a la costa de Ryukyu. Estaban en aguas someras, a menos de 2 m de profundidad, entre corales y rocas. Sus huevos se hallaron a mayor profundidad (8-18 m), en roquedales cercanos a arrecifes de coral. Esta nueva especie de sepiola es la undécima conocida dentro del género Euprymna y es de tamaño diminuto (de 8,5 a 22 mm de longitud de manto).

La sepiola de Brenner o Brenner’s bobtail squid (Euprymna brenneri). Foto de Jeffery Jolly.

Los nuevos hallazgos científicos, publicados en Communications Biology – Nature, destacan la rica biodiversidad de los mares cercanos a Okinawa, y arrojan luz sobre la genética, el comportamiento y el desarrollo de las sepiolas. «Nuestra investigación se esfuerza por entender cómo funcionan los complicados cerebros de estos animales», dice Gustavo Sánchez, autor principal del estudio. «También estamos obligados a explorar por qué hay una variedad tan amplia de especies en la costa de Okinawa.»

EL ARCHIPIÉLAGO DE RYUKYU, UN VERGEL DE BIODIVERSIDAD

Según uno de los autores de la investigación, el Dr. Daniel Rokhsar, del Okinawa Institute of Science and Technology Graduate University (OIST), «el objetivo del estudio era describir las sepiolas del archipiélago de Ryukyu y situarlas dentro del marco sistemático más amplio de las sepiolas del Indo-Pacífico». Para ello, se utilizaron tanto técnicas morfológicas como moleculares, secuenciando su transcriptoma. A partir de sus análisis, los científicos confirmaron que, efectivamente, habían encontrado una nueva especie de sepiola.

Euprymna brenneri incubada en el laboratorio. Foto: J. Jolly.

Encontraron tres especies de sepiolas en la zona, Euprymna pardalota (conocida del norte de Australia), Euprymna parva (de Japón), y la nueva especie de sepiola, Euprymna brenneri. Le pusieron este nombre en honor al presidente fundador del OIST, el Dr. Sydney Brenner, pionero genetista y ganador del Premio Nobel de Medicina en 2002. El Dr. Brenner fue el presidente fundador del OIST.

«Los cefalópodos fueron los primeros animales inteligentes del planeta».

Dr. Sydney Brenner.

Esta cita del Dr. Sydney Brenner destaca el creciente interés científico por cefalópodos como la sepia, el pulpo y el calamar. Estas criaturas son elogiadas por sus complejo sistema nervioso y su intrincado comportamiento, pero los científicos todavía saben relativamente poco sobre ellas.

«Sydney Brenner fue un mentor y un amigo. Es un honor nombrar esta nueva especie en su honor como un pequeño recordatorio de su importancia en la creación del campo de la biología molecular, y más ampliamente sus esfuerzos para fomentar el desarrollo de la ciencia en Okinawa, Singapur, y en todo el mundo», dice Daniel Rokhsar, jefe de la Unidad de Genética Molecular del OIST.

LA IMPORTANCIA DE LA TAXONOMÍA

¿Cómo se dieron cuenta de que era una nueva especie? Los tres los científicos involucrados en la identificación de la nueva especie de sepiola, los doctores Gustavo Sánchez y Jeffery Jolly del OIST y la Dra. Mandy Reid (Directora de la colección de Malacología del Australian Museum Research Institute de Sidney, AMRI), comentan: «observamos patrones distintivos de ventosas en sus brazos y tentáculos».

Estas estructuras pueden resultar muy parecidas a simple vista entre varias especies similares. Sin embargo, con una detallada observación a la lupa o al microscopio, puedes darte cuenta de detalles significativos que las hacen únicas.

Una pequeña parte de la Biodiversidad existente. Fuente: Internet. ¿Encuentras a los cefalópodos?

Una de las razones por las que apenas se descubren nuevas especies de cefalópodos es porque apenas se invierte en Taxonomía. Para las instituciones, la Taxonomía es una ciencia pasada de moda, dándole más importancia a los estudios ecológicos y a los biomédicos. Sin embargo, pasan una importante cosa por alto: no puedes hacer estudios biomédicos en animales de laboratorio de los que desconoces su nombre. Cada especie tiene unas características biológicas y unos requerimientos ambientales diferentes. No puedes darle de comer sardinas a un gorila. Ni brócoli a un gato. No cubren sus necesidades alimentarias. En un laboratorio, el óptimo mantenimiento de la especie de estudio es básico. Si no, no hay experimento.

Esta es sólo una de las aplicaciones de la Taxonomía. Por supuesto, su importancia en la Conservación de las especies se da por descontada.

UNA SEPIOLA BIOLUMINISCENTE

Además de la filogenia, los científicos están interesados en la relación simbiótica de la sepiola con la bacteria Vibrio fischeri. Esta bacteria habita un órgano con forma de bolsa en la parte inferior de la sepiola y emite bioluminiscencia. Las sepiolas se esconden en la arena durante el día, para emerger por la noche para cazar. Utilizan las bacterias como camuflaje en la oscuridad, para atraer a sus presas y así conseguir una caza más provechosa.

Hembra adulta de Euprymna brenneri. Foto: J. Jolly.

¡Aquí puedes verla en acción!

Según otro de los co-autores del estudio, el Dr. Oleg Simakov, «existe una complicada coreografía entre la bacteria y la sepiola. Si podemos entender esta relación, creemos que el bobtail podría ser un organismo modelo útil para el estudio de las interacciones huésped-bacteria».

De hecho, las sepiolas pueden ser criadas en laboratorio, lo que las hace útiles como modelo para estudiar el desarrollo, la genética y el comportamiento de los cefalópodos. Los científicos también han observado en ellas comportamientos avanzados como el aprendizaje asociativo y rasgos heredados de personalidad y aptitud física.

«Los dos valores éticos que debían caracterizar a un investigador en ciencias de la vida eran: decir la verdad y defender a toda la humanidad».

Dr. Sydney Brenner.

Quieres conocer qué otras especies se encuentran en la lista de las extraordinarias diez nuevas especies marinas del 2019? Aquí están.

Aquí puedes consultar el artículo donde viene detallada la investigación sobre Euprymna brenneri.

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